A mi perrita la atropellaron hace 3 años, cuando iba caminando con ella para ir a recoger a mi hijo de la escuela, ella siempre caminaba a mi lado, ya que la acostumbré a que caminara junto a mí y sin correa, pero de un pronto, cuando iba a cruzar la calle, me percaté que ella no estaba, y se había quedado al otro lado de la calle, cuando ella intentó cruzar, un carro que venía a alta velocidad,( seguro pensó que iba en una pista,cosa que era lo contrario) ,intentó frenar cuando vio que mi perrita estaba cruzando la calle sin embargo no lo logró y la atropelló, quebrando en 3 partes su cadera y dejándola totalmente inmovilizada, cuando la llevé a una veterinaria para que lograran salvarla, me dijeron que iba a quedar sin poder caminar, y que buscara una silla de ruedas especial para que pudiera vivir, la cual era muy cara y ,is recursos no daban para poder pagar una, entonces me preguntaron que si quería la dormian, no quise y me dijeron que no tenia nada que hacer ahi entonces y groseramente me sacaron, con mis cuidados, paciencia, amor y ayuda de mi familia logramos que mi perrita logre caminar, ella pasó 3 meses en cama, mi familia y yo la ayudamos para que pudiera salir al jardín a hacer sus necesidades, y así pasó el tiempo y ahora mi perrita es un ejemplo vivo de un milagro que Dios hizo en ella, ya que no me dieron probabilidades de vida y ella ahora vive y brinca como cualquier otro cachorro normal. Las veterinarias lo unico que quieren es el dinero y no un bien para la sociedad, pero con mucho amor, cuidado y fe se puede curar todo.
Por: Mary Ortíz.